El tercer día del juicio por la desaparición de Delphine Jubillar dejó una jornada de más de 10 horas en el tribunal de las assises de Albi, con una defensa a la ofensiva y un acusado, Cédric Jubillar, visiblemente afectado.
Desde temprano, la presidenta del tribunal pidió a Cédric que respondiera al testimonio de sus hijos. Él lo hizo con voz entrecortada y rotunda:
“No entiendo su postura, no maté a Delphine”
. Tras cuatro años y medio en prisión preventiva, los pocos intercambios con sus hijos siguen siendo tensos.
La declaración más impactante vino de la comandante de la compañía de Albi, quien coordinó la búsqueda de Delphine tras su desaparición en diciembre de 2020. Con voz firme, detalló los 170 militares desplegados, drones, helicópteros y una batida con 1.500 ciudadanos. Aseguró que la investigación fue exhaustiva y no limitada al área del teléfono móvil de la víctima. Sin embargo, confirmó que Delphine nunca fue encontrada.
Pero la defensa inició una crítica implacable contra la pesquisa, cuestionando la amplitud de las hipótesis descartadas. Se centraron en posibles pistas ignoradas, como un hombre y un coche visto en la zona días clave, y los peligrosos restos mineros no explorados por ser inaccesibles, donde podría haberse ocultado un cuerpo.
El punto crítico fue la presentación del director de la investigación, que citó un informe de más de 15.000 páginas y 500 testimonios. El oficial reafirmó que, pese a la ausencia del cuerpo o confesiones, “todos los elementos apuntan a la participación de Cédric Jubillar”. Entre ellos: mentiras, celos, amenazas a Delphine, discrepancias en testimonios vecinales, restos de sangre y esperma en el pijama de Cédric y su rechazo a aceptar el divorcio.
La defensa reaccionó con dureza y más de tres horas de interrogatorio al director de la investigación. Las abogadas Emmanuelle Franck y Alexandra Martin acusaron de manipulación del expediente y de haber prescindido de pruebas claves. Criticaron investigaciones abortadas sobre presuntos sospechosos, pruebas biológicas no analizadas y testimonios omitidos.
El intercambio subió de tono. La defensa no ocultó su estrategia: desestabilizar la investigación y sembrar dudas sobre la acusación que sostiene Cédric como culpable sin cuerpo ni pruebas definitivas.
También pusieron en duda la versión oficial sobre la supuesta “fobia a la oscuridad” de Delphine y señalaron que algunos testimonios sobre ruidos y gritos no coinciden temporalmente con la presencia de la víctima.
Además, revelaron que la última persona con quien Delphine mantuvo comunicaciones, presuntamente un amante, no fue suficientemente investigado pese a indicios de vida sexual compleja.
Al final, el abogado Alexandre Martin resumió la defensa:
“Estamos juzgando un caso sin cuerpo, sin prueba de la muerte y sin elementos técnicos concluyentes”.
Este día 3 pone el tono para un juicio que se anticipa muy duro y largo, con una batalla legal marcada por acusaciones cruzadas entre la defensa y los investigadores sobre la verdad en la desaparición de Delphine Jubillar.
