Disneyland Paris ha empezado a tomar fotografías a sus visitantes al ingresar para evitar la reventa o cesión fraudulenta de entradas. Esta medida, implementada desde comienzos de octubre, busca impedir que alguien reutilice o regale su billete tras entrar al parque.
El parque ahora asocia la foto con el ticket, que es obligatorio para entrar. Disneyland aclara que las imágenes se borran en un plazo máximo de una semana y aseguran que no existe un sistema de reconocimiento facial. También explican que los visitantes pueden solicitar acceso a sus datos personales y que pueden negarse a ser fotografiados presentando una identificación o justificante de empresa en caso de entradas compradas por comités.
Sin embargo, la Comisión Nacional de Informática y Libertades (Cnil), reguladora francesa de datos, confirmó a Tech&Co que ha recibido una denuncia sobre este procedimiento y está investigando su conformidad con el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD).
La Cnil subrayó que la organización debe asegurar la legalidad del sistema, y aunque la práctica puede ser válida, deberá cumplir con el consentimiento explícito y la transparencia en la gestión de imágenes, algo que Disneyland asegura cumplir informando a los visitantes directamente al entrar y ofreciendo alternativas.
En redes sociales, esta nueva política ha generado polémica por los retrasos en los controles. No obstante, el parque francés no tiene previsto introducir tecnologías biométricas avanzadas como en sus parques de Estados Unidos.
Por ahora, la investigación sigue abierta. Disneyland Paris mantiene que su método no infringe las normas y pretende garantizar un control estricto del acceso sin vulnerar la protección de datos personales.
 
						
									


































 
					 
								
				
				
			 
							 
							 
							 
							 
							 
				 
				 
				 
				 
				