Dos de cada tres alumnos que acosan a sus compañeros también han sufrido acoso escolar, revela una encuesta inédita presentada hoy por la asociación Marion la main tendue junto al instituto Ifop.
El barómetro, realizado en octubre de 2025 con 3.015 estudiantes de colegios y liceos, apunta que el 17% de los jóvenes franceses son víctimas de acoso repetido, mientras que el 7% reconocen haber sido autores.
Thomas, un liceano de 17 años de Clermont-Ferrand, confiesa que hace un año empezó a acosar a un compañero sin ser plenamente consciente, empujado por la presión del grupo y un malestar personal.
El fenómeno afecta a todo el país, aunque las regiones de Normandía y Gran Este registran los índices más altos, con tasas que varían entre el 14 y el 21% según el territorio.
El estudio destaca que el acoso ocurre principalmente en la patio de recreo (92%), los pasillos (81%), aula (61%), comedor (59%) y durante actividades deportivas (47%). Las redes sociales tampoco quedan fuera con un 40% de casos denunciados.
La encuesta señala que los alumnos con discapacidades son particularmente vulnerables, con un 41% afectados frente a un promedio nacional del 16%. Otros motivos comunes para el acoso incluyen moquetas (84%), exclusión social (82%), insultos (81%) y agresiones físicas (59%).
Entre las causas de estigmatización también figuran características físicas como peso, problemas de piel o incluso la presencia de caspa, que afecta al 33% de quienes la padecen.
La espiral del acoso: víctimas que se convierten en agresores
Este estudio revela por primera vez la conexión directa entre víctimas y agresores: cerca del 4% de los alumnos combinan ambos roles, lo que equivale a dos tercios de los acosadores habiendo sido primero víctimas.
“Los primeros signos eran apodos, luego se volvió cotidiano con amenazas y violencia física”, relata un padre.
El efecto de grupo es clave, involucrando en el 74% de los casos a varios alumnos bajo la dirección de un “líder” en el 89% de ellos. El miedo a ser marginados lleva a muchos testigos a sumarse al acoso para evitar ser señalados.
Nora Tirane, fundadora de Marion la main tendue, advierte que no basta con identificar víctimas:
“Mientras la violencia siga siendo una forma de comunicación aprendida, el problema persistirá”.
Además, el 60% de agresores aseguran no haber recibido ninguna sanción, mientras los padres critican la respuesta escolar: se minimizan las situaciones o se rehúsa calificarlas como acoso.
Desde 2022, el acoso escolar es delito con penas de hasta 10 años de prisión. El ministro de Educación Edouard Geffray indicó que a finales de 2024 ya se habían abierto más de 600 procesos judiciales y aplicado más de 4.200 medidas penales alternativas.
Sin embargo, la mitad de las víctimas mantienen secuelas psicológicas duraderas, como ansiedad, baja autoestima, trastornos de sueño y aislamiento social, que suelen superar la etapa escolar.


































