Estados Unidos aplicó oficialmente desde el 25 de septiembre una reducción del arancel a la importación de coches europeos, que pasa del 27,5 % al 15 %. La medida es retroactiva al 1º de agosto y responde a un acuerdo con la Unión Europea firmado el 21 de agosto.
La industria automotriz europea recibe la noticia con alivio, ya que esta baja supone un ahorro importante para los exportadores, especialmente para marcas francesas, alemanas e italianas muy presentes en el mercado estadounidense.
Sin embargo, el alivio no es total. El sector de vinos y espirituosos europeo, con especial impacto para Francia —que exporta 16,5 mil millones de euros en 2024— recibe la noticia con preocupación. A pesar de la negociación, EE.UU. no ha reconocido una exención para este sector y mantiene los aranceles sobre estos productos.
La Comisión Europea confirmó a BFM Business que “asegurar una exención para nuestros vinos y espirituosos sigue siendo una prioridad”. Estados Unidos representa cerca de un cuarto del total de exportaciones francesas en este sector y hasta el 36 % en el caso del cognac.
La disputa sobre los aranceles a los vinos y las bebidas espirituosas permanece abierta y se considera un punto crítico en las negociaciones comerciales entre Bruselas y Washington. En contraste, la rebaja en los coches muestra avances concretos en la relación comercial que se esperaba desde hace meses.
Con este nuevo régimen, las exportaciones europeas de vehículos a Estados Unidos tendrán un margen más competitivo, abriendo una ventana para reactivar ventas en un mercado clave.
El sector automotriz y las autoridades europeas vigilarán la evolución del dossier vinos y espirituosos, que sigue siendo un dolor de cabeza para las exportaciones francesas en un mercado estratégico para el sector.
