El mercado laboral en Francia vive una transformación marcada por nuevas tendencias entre los jóvenes y la diversificación de actividades profesionales.
El paro juvenil alcanza el 18,8% entre los 15 y 24 años, muy por encima del 7,5% de la media nacional. Muchos de esos jóvenes usan las redes sociales no solo para entretenerse, sino para compartir su realidad y estrategias frente al desempleo.
Surgen así los “influchômeurs”, influencers que documentan su búsqueda de empleo y desestigmatizan el paro con consejos y testimonios que atraen a cientos de miles de seguidores. Esta comunidad en línea es una nueva forma de apoyo y resistencia frente a la dificultad laboral.
Además, otro fenómeno gana fuerza: los “slasheurs”. Un 15% de la población activa en Francia, cerca de 4 millones de personas, combina varios trabajos simultáneamente. Muchos tienen un empleo principal que cubre las necesidades básicas y otro ligado a su pasión o proyecto personal.
Ejemplos comunes son profesionales de recursos humanos que también son costureros, o panaderos que se dedican a ser DJs. Este fenómeno, originado en Estados Unidos, responde a una necesidad económica y a un deseo de profesionalización y desarrollo personal.
Según datos del salón SME, el 62% de los slasheurs busca aumentar sus ingresos mientras su proyecto despega, un 38% quiere profesionalizarse, un 11% planea una reconversión y un 10% prueba un negocio propio.
Esta diversificación muestra una ruptura con modelos laborales tradicionales y evidencia que la juventud francesa redefine lo que significa tener un empleo hoy, navegando entre incertidumbre y creatividad.
