Jean-François Bohnert, jefe del Parquet national financier (PNF), salió al paso este lunes en RTL para rechazar cualquier idea de revancha contra Nicolas Sarkozy tras su condena a 5 años de prisión por financiamiento ilegal de su campaña presidencial en 2007.
“No tenemos odio que expresar”, afirmó Bohnert, defendiendo la decisión del tribunal correccional de París que publicó un fallo detallado de más de 400 páginas. El fiscal calificó la sentencia como “independiente” y sin motivo para criticar la conducta de los magistrados.
Sarkozy denunció este fin de semana en Le Journal du Dimanche un “violación del estado de derecho”, pero el fiscal respondió que su única guía es el derecho penal, y que las causas que maneja el PNF suelen involucrar a figuras políticas por la naturaleza de los hechos, no por voluntad del ministerio público.
El foco de atención para Bohnert está ahora en la reacción violenta a la sentencia: la presidenta del tribunal ha recibido amenazas de muerte y el parquet de París abrió dos investigaciones distintas para identificar y sancionar a los autores. “Esto es inadmisible, cuando se ataca con tanta violencia a un tribunal se amenaza el estado de derecho, la base de nuestra democracia”, dijo el fiscal.
Jueces en la mira
En la misma línea, el presidente del tribunal judicial de París, Peimane Ghaleh Marzban, recordó este lunes en France Inter que “la verdadera amenaza al estado de derecho son las amenazas contra los jueces y no un juicio meticulosamente realizado”.
Esta tensión pone en relieve el delicado equilibrio entre proceso judicial y la defensa institucional del sistema judicial francés.
La condena de Sarkozy, por intentar obtener fondos de Libia para su campaña de 2007, marca un hito en el combate contra la corrupción y el financiamiento ilegal en política, pero también abre un combate mediático y político sobre la independencia real de la justicia en Francia.
