El Gobierno francés reabre un debate delicado al plantear la posibilidad de privar a los adultos sin hijos de la prime de Noël, una ayuda estatal que beneficia a miles en esta temporada.
La medida, aún no confirmada oficialmente, relanza la idea de crear una jerarquía entre quienes tienen hijos y quienes no, una línea que había sido cuidadosamente evitada en la política social reciente. Fuentes del Ejecutivo aseguran que se busca «favorecer a las familias», sin embargo, la propuesta ha desencadenado críticas inmediatas.
Organizaciones civiles y partidos de oposición advierten que esta idea no solo es injusta, sino que abre la puerta a discursos que hasta ahora se escuchaban principalmente en los extremos del espectro político, especialmente en la derecha radical. «Se trata de un enfoque censurable que estigmatiza a una parte de la población», señaló un portavoz de una asociación de derechos civiles.
La discusión no es nueva en Francia, donde la baja natalidad y la presión sobre el sistema de seguridad social han generado múltiples propuestas para incentivar la natalidad. Pero castigar a quienes no tienen hijos, aunque sea con una ayuda puntual como la prime de Noël, puede tensar aún más la cohesión social.
De momento, el Gobierno mantiene la discreción sobre el avance o no de esta propuesta. Fuentes internas indican que el tema divide a miembros del gabinete, pero que la idea sigue en la mesa para estimular la natalidad sin aumentar gasto directo.
El debate se plantea en un contexto complicado para el Ejecutivo, que ya enfrenta presión por inflación y dificultades económicas para amplios sectores. Sacar un beneficio generalizado a ciertos grupos puede generar un rechazo político y social mayor al esperado, según expertos consultados.
En resumen, la posibilidad de eliminar la prime de Noël para personas sin hijos pone en jaque principios básicos de igualdad en Francia y vuelve a echo debates sobre qué grupo merece o no apoyo social.


































