Tres transformadores eléctricos en Déols se están convirtiendo en lienzos gracias al graffitero local Morgan Collin, más conocido como Eskimo. Este proyecto artístico arrancó hace pocos días tras la firma en junio de una convención entre la alcaldesa Delphine Geneste y Bernard Conscience, director de Enedis Indre, con el objetivo de embellecer la ciudad.
El primero, ubicado en el pueblo de Brassioux en el cruce del rond-point de la Allée de la Ferme, ya muestra un boceto que incluye el emblemático campanario de la abadía, una interpretación directa de la historia local basada en viejas postales. Los otros dos transformadores que recibirán el toque de Eskimo están al pie del castillo de agua en Montet y en el barrio de Maussants, en la calle Damemark.
El transformer del castillo de agua es especial: reciclado como baños para conductores de autobús, ahora será decorado con una vista de la Porte de l’Horloge, otro símbolo histórico. Según Eskimo, la obra para Maussants será una “bella vista poética” y sorpresa, sin revelar detalles.
El artista confirma que aunque usa colores vivos y su estilo personal, las obras están muy inspiradas en la historia visual de la ciudad, con la idea de dar valor y vida a espacios urbanos utilitarios. La terminación del proyecto dependerá de las condiciones meteorológicas, pero todo apunta a que en pocos días la iniciativa estará lista para paisanos y visitantes.
Un ejemplo claro de colaboración entre ayuntamiento, empresa pública y cultura urbana que busca transformar el paisaje cotidiano con arte accesible para todos.
