El petrolero ruso Boracay, identificado como parte de la flota fantasma y sancionado por la Unión Europea, reanudó su navegación en la madrugada del viernes tras ser retenido seis días frente a Saint-Nazaire.
Según Marine Traffic y Vesselfinder, el Boracay, un buque de 244 metros, dejó su zona de inmovilización y puso rumbo hacia el canal de Suez. El petrolero, que navegaba bajo bandera de Benín, fue detectado esta mañana cerca de La Rochelle en el golfo de Vizcaya, siguiendo la ruta por el suroeste para evitar Europa continental.
El 15 de septiembre, el Boracay partió del puerto ruso de Primorsk con destino inicial a Vadinar, India. Fue detenido por la marina francesa el pasado sábado tras sospechas de participar en actividades de la flota fantasma que facilita la exportación ilegal de petróleo ruso para sortear sanciones occidentales y financiar la guerra en Ucrania.
En paralelo con la retención, el comandante chino y su segundo fueron puestos en detención policial el martes. El comandante quedó como único imputado por el delito de “negativa a obedecer” y deberá comparecer en tribunal el 23 de febrero de 2026 en Brest, según anunció el parquet encargado del caso.
El presidente francés Emmanuel Macron fue claro el jueves en Copenhague:
“Hay que aumentar la presión sobre la flota fantasma porque reduce claramente la capacidad de Rusia para financiar su esfuerzo bélico en Ucrania”
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Por su parte, el Kremlin rechazó la acción y el presidente Vladimir Putin calificó la interceptación como “piratería” durante un discurso la noche del jueves.
Este episodio se suma a la creciente tensión internacional en torno al bloqueo de navíos rusos sancionados, mientras Francia reforzó su vigilancia marítima para impedir que se continúe el contrabando petrolero que socava las sanciones europeas y estadounidenses.
