El puente de Saint-Nazaire, el más largo de Francia con sus 3,3 kilómetros, cumplió este domingo 50 años desde su inauguración. Más que un simple cruce sobre el río Loire, es un símbolo para los habitantes de Loire-Atlantique, con historias poco conocidas que marcaron su trayectoria.
Entre las anécdotas más notables está la curiosa prueba de resistencia que protagonizaron dos elefantes del circo Pinder, Axel y Karine, que atravesaron el puente meses antes de su apertura. Aunque se empleó con fines publicitarios, la realidad es que el puente soporta a diario el paso de más de 30.000 vehículos.
El puente no tiene nombre oficial, pero algunos locales lo apodan el «soutien-gorge» por el diseño de su estructura: dos viaductos de acceso y una parte central atirantada que conecta Saint-Nazaire al norte con Saint-Brévin-Les-Pins al sur, los dos «santos» que se unen, dando forma al apodo.
Los controles y la seguridad se han ido modernizando. Desde 2010, un sistema único en Francia regula el tráfico en tiempo real con 29 cámaras, luces indicadoras y carriles reversibles. Todo gestionado desde Nantes por patrullas que intervienen entre 1.000 y 1.500 veces al año, protegiendo la infraestructura de uso constante.
De peaje a paso gratis tras protestas
Al principio, cruzar el puente implicaba pagar un peaje. El día de la inauguración se vivieron protestas que obligaron a cancelar las celebraciones. No fue hasta 1994, diecinueve años después, que el Consejo General adquirió la parte privada y eliminó el cobro. Al año siguiente, el tráfico aumentó un 40%.
Saint-Nazaire también rinde homenaje a Tintín, con la estructura del puente inspirando presuntamente la famosa cohete roja y blanca de Hergé en “Tintin en la Luna”. El cariño local por el personaje queda patente en pequeños detalles a lo largo del enclave.
El puente de Saint-Nazaire sigue siendo un gigante de hormigón en constante vigilancia y símbolo histórico para su región, combinando funcionalidad con curiosidades únicas en medio siglo de vida.
