La Asamblea Nacional vuelve a abrir sus puertas esta semana tras once semanas de pausa, con la crisis política de fondo y sin gobierno formal aún en funciones.
El foco está puesto en el restablecimiento de los 21 miembros del Bureau, la mesa directiva del Parlamento, y en las presidencias de las comisiones permanentes, miles políticas clave, entre ellas la emblemática Comisión de Finanzas, reservada históricamente para la oposición desde 2007.
Esta renovación se ha convertido en un test para la alianza entre macronistas y la derecha tradicional (LR), que buscan cerrar un acuerdo para el nuevo gobierno del primer ministro Sébastien Lecornu, designado apenas el 9 de septiembre.
El dato político más relevante: el Rassemblement National (RN) está a punto de regresar a las instancias decisorias del Parlamento luego de dos años sin presencia. La entrada al Bureau fue bloqueada en 2023 por una alianza entre el grupo gubernamental “Ensemble” y la derecha de Laurent Wauquiez, que pactó la exclusión del RN y La France Insoumise (LFI).
Este año, la izquierda mantiene su rechazo a la inclusión del RN, pero el juego cambió. Yaël Braun-Pivet, presidenta de la Asamblea, logró unir los votos del RN con los del bloque gubernamental para aplicar una distribución proporcional de los cargos, obligando a la izquierda a ceder su mayoría en el Bureau.
Así, el RN tendrá dos vicepresidencias, las mismas posiciones que el bloque del gobierno y la izquierda. Sébastien Chenu y Hélène Laporte del RN, ambos ya en el puesto entre 2022 y 2024, se presentarán para renovar sus cargos.
Desde la coalición oficialista, se esperan ajustes con movimientos entre Renaissance, MoDem y Horizons, mientras que LFI insiste en retener dos vicepresidencias, lo que podría costar su puesto a un representante ecologista.
En paralelo, el “socle commun” – la base del gobierno – pretende recuperar las presidencias de las comisiones de Asuntos Económicos y Cultura, que habían perdido por divisiones internas el año pasado.
Al reorganizarse, la Asamblea deberá preparar el terreno para que Sébastien Lecornu brinde su declaración de política general la próxima semana. Ya se anticipa una moción de censura de La France Insoumise y posiblemente otra del PS, que define aún su posición tras una reunión clave con el Primer Ministro.
La actividad legislativa será limitada las próximas dos semanas: el gobierno aún no está conformado por completo y la agenda se centrará en leyes técnicas como la ciberseguridad, empleo de seniors, urbanismo, agrivoltaísmo y un aplazamiento de elecciones provinciales en Nueva Caledonia.
El gran desafío será presentar y aprobar el presupuesto 2026, esperado para mediados de octubre, antes del cierre del año. La escena política se presenta tensa y fragmentada en un Parlamento que vuelve con el RN nuevamente en el centro del poder.
