Este viernes 7 de noviembre abrió en el parque de exposiciones de Colmar la 40ª edición del Salón internacional del turismo y viajes, que este año apuesta fuerte por la gastronomía para atraer a sus visitantes.
La cita no es solo un escaparate de destinos, también invita a descubrir el mundo a través de sus sabores. Entrar en sus pasillos es sinónimo de picoteo constante: desde dulces típicos hasta platos salados tradicionales. Esta edición presenta un recorrido culinario que conecta lo local con lo lejano, ofreciendo un “avant-goût du monde”.
Entre los productos destacados, la delegación checa presenta un pastel típico de la región de Chodsko, en el oeste de la República Checa. Libor Picka, representante de la delegación, destacó la autenticidad y el valor cultural del producto, que seguramente sorprenderá a los visitantes.
Además de estos sabores menos conocidos, el salón mantiene una oferta tradicional que incluye clásicos franceses como el cassoulet del suroeste, quesos como el comté del Jura, y recetas internacionales como el couscous magrebí o el pad thai tailandés.
El evento, que es referencia nacional en turismo, sirve como plataforma para promover destinos y tradiciones culturales mientras da a probar al público un mapa del mundo comestible sin salir de Francia.
El Salón estará abierto hasta domingo y prevé una gran afluencia gracias a la fusión inédita entre turismo y gastronomía presentada este año.


































