Washington vive desde hoy un shutdown del gobierno federal que afecta a cientos de miles de empleados públicos y cierra sitios turísticos clave. En el primer día de esta paralización presupuestaria, decenas de funcionarios quedaron en “choque técnico” sin salario y varios monumentos y edificios emblemáticos no reciben visitantes.
Un grupo escolar de Georgia llegó al Congreso para una visita educativa y se encontró con las puertas cerradas y un cartel de “cerrado”. Cami Hamlin, directora de la escuela, ironizó sobre la situación recordando que habían enseñado a sus alumnos a manejar presupuestos, pero los políticos no lograron acuerdos. El shutdown enfrenta a republicanos y demócratas que se acusan mutuamente mientras la crisis se extiende.
En Washington, el Monumento a Washington está cerrado por falta de personal. Por ahora, el Sistema Smithsonian y el zoológico de la ciudad permanecen abiertos gracias a fondos previos, pero esperan agotar sus recursos pronto si la situación continúa.
Entre los turistas afectados están la francesa Martine Ruaud y su marido, que viajaron desde Burdeos para pasar tres días en Washington.
“Es muy frustrante si no podemos visitar por falta de personal, hay tantas cosas que ver”
, dijo Martine, que espera que el shutdown termine durante su estancia.
La paralización presupuestaria es la primera en siete años y muy impopular en EE.UU. El último shutdown récord fue de 35 días bajo la presidencia de Donald Trump entre 2018 y 2019. Ahora los republicanos quieren extender el presupuesto vigente hasta noviembre, mientras los demócratas exigen financiar programas sociales para los más vulnerables.
Terese Johnson, turista californiana, expresó su decepción con los políticos:
“Nuestro gobierno debe aprender a trabajar juntos, esto debería haberse resuelto hace tiempo”
. Su frustración refleja el malestar general mientras la capital federal vive el impacto directo del bloqueo.
El shutdown amenaza además con retrasar servicios públicos y crear caos en oficinas gubernamentales. Por ahora, nadie anticipa un rápido acuerdo, aumentando la incertidumbre para turistas y ciudadanos en Washington.
