Una semana después de dejar el Ministerio de Educación, Élisabeth Borne se muestra cautelosa sobre el rumbo que Sébastien Lecornu dará a la Educación nacional. En entrevista para La Tribune Dimanche, la exprimer ministra y ahora ministra saliente lamentó la “sucesión de ministros” y señaló que no sabe “qué desea o podrá llevar adelante Lecornu” en esta cartera.
Borne, diputada por el Calvados, reafirmó además su sensación de desencuentro con la opinión pública durante el primer gabinete de Lecornu, al que ella misma perteneció. Según ella, la apuesta inicial de ruptura de este nuevo ejecutivo no logró calar, generando “una incomprensión” que pesa aún en la gestión.
Sobre su decisión de no integrarse en el segundo gobierno Lecornu, explicó que las recientes “turbulencias” internas le dejaron claro que no podía formar parte de un gobierno sin conocer su línea política. “No me veía quedarme en esas condiciones y, como el primer ministro no podía o no quería mantenerme, pues cayó bien”, añadió.
A pesar de dejar el Ejecutivo, Borne conserva influencia dentro de Renaissance, partido mayoritario. Pero admitió que su defensa de la impopular reforma de pensiones —que fue impuesta sin voto parlamentario gracias al artículo 49.3 en 2023— le ha pasado factura. Algunos en la mayoría la consideran responsable de pérdidas electorales desde 2022 y 2024, cuando diputados fueron derrotados.
En octubre, Borne sugirió públicamente estudiar una suspensión temporal de esta reforma para evitar una censura por parte del Partido Socialista. “Intenté que primara el interés del país sobre las luchas partidistas y personales”, declaró el sábado, consciente del malestar que eso provocó dentro de su propio partido.
Mientras tanto, la polémica sobre la reforma de pensiones y el futuro político de Lecornu prometen mantener las tensiones altas en el seno del gobierno y en la coalición presidencial, días antes del inicio de debates clave en la Asamblea Nacional.
