En el segundo día del juicio en la corte de assises del Tarn, la atención se centró en la personalidad de Delphine Aussaguel, víctima desaparecida y presunta asesinada. Delphine, nacida en 1987 en Gaillac, creció en un entorno familiar duro marcado por un padre alcohólico fallecido temprano y una madre enferma con un mal degenerativo. Obligada a madurar rápido, asumió responsabilidades como “padre sustituto” y se convirtió en una persona confiable y siempre disponible, según el investigador de personalidad llamado por el tribunal.
El retrato de Delphine expone a una mujer sacrificada, dedicada al cuidado de otros, que hizo carrera como enfermera en la clínica Claude-Bernard de Albi, demostrando una vocación fuerte que su propia hermana mayor confirma. A pesar de esa imagen de madre y profesional dedicada, la relación con su esposo Cédric Jubillar muestra grietas profundas. Testigos y peritos coinciden en que la pareja estaba “desequilibrada” y atravesaba tensiones derivadas de pasados dolorosos.
La defensa y la acusación chocan sobre la interpretación de esos datos. La fiscalía y la familia creen que estas fracturas desembocaron en un femicidio. La hermana mayor de Delphine sostiene con firmeza que ella jamás habría abandonado a sus hijos voluntariamente. Frente a eso, el abogado de Jubillar, Alexandre Martin, advierte contra las conclusiones precipitadas: “No estamos en la intimidad de una pareja que se deshace”.
El juicio empieza a entrar en su fase crítica con testimonios de gendarmes que intervinieron tras la desaparición. Elementos como la posición del vehículo, la “condensación en vidrios” y una colada nocturna son clave. La defensa intenta sembrar dudas señalando respuestas “evasivas” y posibles concertaciones en las declaraciones de la policía.
La acusación apunta al comportamiento y presencia de Cédric como pruebas contundentes. Se cuestiona también la declaración de una amiga que dijo que Delphine solía pasear a pie de noche y la circulación de una furgoneta cercana al domicilio esa noche. Sin embargo, ninguna de estas piezas parece amenazar aún la línea principal de la acusación.
El juicio sigue mañana con la audiencia del director de investigación, previsto para responder a las preguntas críticas que marcarán el rumbo del caso.
