Armand Bulwa, uno de los últimos supervivientes del campo de concentración nazi de Buchenwald, falleció el sábado 18 de octubre a los 96 años, informó el Consejo Representativo de Instituciones Judías de Francia (Crif) el jueves 23.
Nacido en 1928 en el barrio judío de Piotrkow, cerca de Łódź, Polonia, Bulwa fue expulsado de su hogar tras la invasión nazi en 1939, cuando tenía 10 años. Sobrevivió a la terrible experiencia de los guetos, el hambre y las epidemias, pero perdió a casi toda su familia: unos 80 miembros fueron asesinados, incluyendo su madre y su hermano pequeño ejecutados en Treblinka.
Finalmente, fue deportado al campo de concentración de Buchenwald a comienzos de 1945. Cuando fue liberado, pesaba apenas 28 kilos. Fue uno de los cientos de niños y adolescentes asistidos por la Œuvre de Secours aux Enfants (OSE) en Francia en los años posteriores a la guerra.
Armand Bulwa dedicó gran parte de su vida a testimoniar el horror de la Shoah, siendo pionero en las visitas educativas a escuelas francesas desde principios de los años 90. Para él, mantener vivo el recuerdo de aquel “infierno en la tierra” fue una misión personal.
“Durante 14 años me negué a tener hijos porque parecía criminal traer vida después de aquel infierno”
Finalmente tuvo una hija, que se convirtió en ginecóloga y obstetra. Bulwa celebraba en 2020 haber vivido para conmemorar el 75º aniversario de la liberación de Buchenwald: “¡Es increíble!”
Su muerte deja un legado testimonial fundamental para la memoria colectiva sobre el Holocausto y la barbarie nazi. Con el paso del tiempo, los últimos supervivientes desaparecen, pero su historia continúa siendo clave para combatir el olvido.


































