Ferrette acumula años de frustración por la desatención a la antigua caserna Moreigne, desactivada en junio de 2013 y ahora en estado de abandono total. El edificio, que durante una década albergó un centro cerrado para solicitantes de asilo hasta la primavera pasada, está abierto al viento y a la intemperie. Así lo denunció el alcalde en el consejo municipal del 12 de septiembre.
El alcalde mostró el estado deplorable del sitio hace dos semanas al presidente de la región Grand Est, Franck Leroy, durante su visita al sur de Alsacia. El complejo ya no tiene ningún mantenimiento ni vigilancia. El municipio reclama una solución urgente frente a un vacío institucional que le genera no solo una carga visual sino también un desastre financiero.
Desde 2013, el inmueble permanece sin uso formal. La apertura del centro de acogida para solicitantes de asilo fue un respiro temporal que duró diez años, pero con su cierre creció la preocupación por la seguridad y el deterioro. “Está abierto a todos los vientos y nadie se ocupa”, afirmó el alcalde, expresando el peso simbólico y económico que la situación significa para la ciudad.
Ferrette pide al Estado que se involucre y aporte un plan para rehabilitar o reutilizar el lugar, que se ha convertido en una franja problemática para la comunidad. Mientras tanto, las pérdidas crecen y la ciudad mantiene la presión para evitar que la caserna Moreigne siga siendo un problema abierto y sin fin.
