El próximo 20 de noviembre de 2026, Francia aplicará una nueva normativa europea que transformará el descubierto bancario en un préstamo al consumo a partir de los 200 euros de saldo negativo. Esto significa que las cuentas con un descubierto mayor deberán someter a los clientes a un análisis de solvencia previo, con la obligación para bancos de evaluar ingresos, gastos, alquileres e historial crediticio antes de conceder ese crédito.
Esta medida pretende “proteger al consumidor” y limitar abusos, terminando con el descubierto automático que usan cerca de 8 millones de franceses cada mes, según datos de TF1. Pero para clientes como Tarik, un restaurador con un salario bruto de 1.700 euros y descubierto permanente, el cambio augura dificultades. “Lo necesito para pagar gasolina, compra y gastos diarios”, explica en el reportaje.
Actualmente, los bancos aplican intereses, los llamados agios, pero no regulan este descubierto como un crédito formal; tras la norma entrante, además deberán rembolsarse bajo condiciones estrictas, con tipos de interés variables que aún no están definidos, pero que dependerán de la solvencia.
Michel Guillaud, presidente de France Conso Banque, advierte que la medida excluirá «hasta las clases medias»: “Alguien con un sueldo ‘honorable’ de 2.000 euros ya no podrá acceder al descubierto”, subraya.
Expertos como Jérôme Lasserre Capdeville, de la Universidad de Estrasburgo, sostienen que el límite del 30% de endeudamiento para créditos hace implausible que personas con gastos elevados puedan mantener descubiertos frecuentes. “Una persona que gana 3.000 euros y ya gasta 1.000 euros en cargas supera el umbral con un descubierto de 400 euros”, ejemplifica.
Reacciones y consecuencias sociales
Desde la Banco de Francia aseguran que solo se aplicará a nuevas cuentas y que habrá “transparencia en costos y condiciones” para evitar sorpresas en los consumidores. Sin embargo, esta explicación no convence a todos.
Pauline Dujardin, de la Federación Crésus:
“La medida es protectora porque evita que la gente viva permanentemente en descubierto, que es una forma oculta de crédito caro”
Además, la norma incluye que, en caso de cancelación de descubierto, el cliente podrá devolver el dinero en un plazo máximo de 12 meses, una novedad frente a la práctica actual donde suele exigirse el pago inmediato.
Los números son contundentes: 36% de franceses tuvo descubierto al menos una vez en el último año y el saldo medio mensual negativo ronda los 411 euros, según Cofidis. En paralelo, un cuarto de los asalariados ganan menos de 1.750 euros netos, lo que dificulta aún más acceder al descubierto bajo las nuevas reglas.
La polémica está servida: ¿protección o exclusión financiera? Con esta reforma, el descubierto deja de ser un recurso fácil y plantea una barrera mayor para asalariados y clases medias en una economía ya tensa.


































