El Fondo Monetario Internacional (FMI) validó el giro de Senegal tras la denuncia de deuda oculta bajo el gobierno de Macky Sall, pero alertó que la carga financiera sigue aumentando y el país encara retos críticos para refinanciarse.
Durante una misión del FMI en Dakar entre el 22 de octubre y el 6 de noviembre, la delegación encabezada por Edward Gemayel evaluó las medidas del nuevo gobierno que encabeza el presidente Bassirou Diomaye Faye. El organismo destacó el compromiso de la nuevas autoridades para transparentar las finanzas públicas y corregir la opacidad con respecto a indicadores clave como la deuda y el déficit.
El comunicado oficial del FMI recuerda que el déficit presupuestario provisional alcanzó casi un 14% del PIB y la deuda pública y parapública estimada provisionalmente en un récord preocupante de 132% del PIB a finales de 2024. Este nivel supera ampliamente el umbral de sostenibilidad según el FMI y pone presión sobre la economía nacional.
A pesar de estos números, el FMI afirmó que la economía senegalesa “permanece resiliente” en 2025 gracias al inicio de la producción petrolera y gasífera y a la fortaleza del sector agrícola, aunque subrayó que aún quedan vulnerabilidades graves por resolver.
Ousmane Sonko, primer ministro, y Faye han acusado a la administración anterior de ocultar la magnitud real de la deuda. Esto provocó que el FMI suspendiera temporalmente desembolsos hasta obtener garantías claras para que no se repitan prácticas opacas.
Gemayel declaró que no ve problemas inmediatos tras el anuncio del gobierno sobre la reducción próxima del subsidio a la energía. Precisó que el presupuesto 2026 contempla una reducción de entre 30% y 40% en estas ayudas, vital para corregir distorsiones en el mercado energético y aliviar las finanzas públicas.
“Las autoridades se han comprometido a bajar gradualmente las subvenciones y a reemplazarlas por transferencias focalizadas para los hogares vulnerables”, explicó Gemayel a la AFP.
Sonko anunció de forma reciente una reducción “próxima” en las tarifas eléctricas, sin detallar el mecanismo, en un contexto de protestas por el elevado costo de la energía que impacta la vida cotidiana de los senegaleses.
El nuevo ejecutivo también presentó en agosto un plan de recuperación económico y social, que esperan financiar en un 90% con recursos internos para “soberanizar” la economía y reducir la dependencia externa.
El FMI confirmó que las negociaciones para un nuevo programa de apoyo continúan, y que la misión destaca avances en la transparencia y reformas, pero persisten dudas sobre la extensión completa del pasivo descubierto y cómo Senegal resolverá su apremiante reto financiero.


































