France Travail está lejos de ser el apoyo que prometía para reincorporar a los desempleados al mercado laboral. Usuarios denuncian que la institución constantemente bloquea sus proyectos, ofrece consejos ilegales y retrasa prestaciones y formaciones clave para su retorno al trabajo.
El caso de Alexandre, profesor vacataire, expone las contradicciones del sistema: su asesor le pidió que dejara de trabajar para conservar el estatus de intermitente, una absurda recomendación que le impidió mejorar ingresos y subsistir.
“Mi consejero me invitó a parar mis clases cuando yo solo quería trabajar”, relata.
Cécile L. recibió indicaciones cuestionables de realizar misiones artísticas gratuitas, algo ilegal que puede acarrear despidos en caso de inspección. Ella alerta que muchos recibieron la misma orden ilegal.
En materia de formación, Julien intentó financiar un curso para ser sofrologue. Tras presentar un dossier completo, la respuesta fue un silencio administrativo que duró dos meses, el plazo justo para invalidar el recurso. Francia Trabajo cambió sin explicación oficial los argumentos para negar su ayuda, ignorando leyes que exigen respuestas escritas.
Los informes oficiales del mediador nacional y la Cour des Comptes de años anteriores ya denunciaban estos bloqueos, falta de transparencia y falta de estrategia global. El año pasado se subrayó que las causas de rechazo de financiamiento son confusas y contradictorias.
Una consejera, Sylvaine, confirma que el principal freno es el presupuesto: “Desbloquear formación siempre se ve como un favor, no como un derecho”.
Las complejidades con las regiones que cofinancian las formaciones agravan el problema, prolongando la burocracia. En Ile-de-France, 26 mujeres participan en un curso para secretaria médico-social con promesas de empleo que nunca llegan. Las empresas supuestamente asociadas no existen y la remuneración se suspendió a los cuatro meses, dejándolas sin recursos.
Patricia, otra afectada, relata la incapacidad del sistema para avanzar: “Nos pasan de consejero en consejero, nadie conoce tu expediente. Cuando encuentro por mí misma empleo o formación, hacen lo imposible por frenarme”.
Los emprendedores tampoco escapan. Un consultor anónimo denuncia la desorganización interna con criterios dispares según la agencia, mensajes sospechosos sin base jurídica y contradicciones sobre la acumulación de indemnizaciones con ingresos empresariales, ignorando reglamentos claros.
En un caso extremo, Elpis estuvo bloqueada seis años por un papel perdido, sufrió embargos indebidos y al final cerró su empresa por la intransigencia de France Travail.
“Solo quería trabajar, pero me frenaron con excusas y trámites eternos”, dice.
France Travail responde que gestiona más de 8 millones de expedientes anuales y 2,8 millones de beneficiarios de prestaciones cada mes. Asegura estar comprometida en mejorar pero sin abordar la raíz del problema que hunde a muchos usuarios en la incertidumbre y la exclusión laboral.

































