La Asamblea Nacional francesa aprobó por estrecho margen (279 votos a favor, 247 en contra) el retraso de las elecciones provinciales en Nueva Caledonia, previstas inicialmente para noviembre y que ya habían sido aplazadas dos veces. La nueva fecha límite para votar será el 28 de junio de 2026 como máximo. Este voto es un primer paso para negociar una complicada reforma institucional en la isla, marcada por tensiones y recientes episodios de violencia en 2024.
El proyecto de ley cuenta con el apoyo del bloque gubernamental y el Partido Socialista, mientras que la izquierda radical y el Rassemblement National votaron en contra. Los críticos acusan al gobierno de usar este retraso para facilitar un acuerdo divisorio sobre la reforma del estatus y el cuerpo electoral de Nueva Caledonia.
El acuerdo firmado en julio entre el Estado francés y las delegaciones independentistas y leales prevé la creación de un «Estado de Nueva Caledonia» y el reconocimiento de una nacionalidad caledoniana. El punto más controvertido es la ampliación del cuerpo electoral para incluir nuevos votantes, tema que enfrenta a independentistas y loyalistas desde hace años.
Actualmente, solo pueden votar en estos comicios quienes están establecidos en la isla antes de 1998 y sus descendientes, algo que provoca malestar en sectores leales a Francia. La aplicación de este cambio requeriría una reforma constitucional, que aún debe ser debatida y aprobada.
Tensiones y confusión en el Parlamento
El FLNKS, principal coalición independentista, rechazó el acuerdo de Bougival tras firmarlo y también se opone al retraso de las elecciones, viéndolo como un intento de desalentar el proceso democrático. Arthur Delaporte del Partido Socialista defendió el aplazamiento como necesario para ganar tiempo y lograr un consenso:
“El retraso no es ni una reforma constitucional ni el desbloqueo del cuerpo electoral, es para darnos tiempo para encontrar un acuerdo”
Pero el gobierno causó incertidumbre al incluir de forma abrupta la reforma constitucional en el calendario parlamentario de enero, tras haber quitado toda referencia a Bougival del texto original para calmar los ánimos. Esto provocó críticas como la del diputado independentista Emmanuel Tjibaou, que exigió claridad:
“¿Sobre qué se está decidiendo realmente?”
La líder de La France Insoumise, Mathilde Panot, acusó al gobierno de querer imponer el acuerdo sin diálogo. En respuesta, el ministro de Relaciones con el Parlamento, Laurent Panifous, reconoció que el calendario generó inquietud y aseguró que el proyecto constitucional será retirado temporalmente del orden del día.
Panifous destacó que el acuerdo de Bougival cuenta con el respaldo de casi todas las fuerzas políticas locales no independentistas y del movimiento Unión Nacional para la Independencia, que se separó del FLNKS en noviembre. También subrayó que el pacto debe ser precisado y, si todas las partes están de acuerdo, completado.
Con la isla aún marcada por recientes episodios de violencia y división, el retraso electoral busca evitar un choque institucional abierto, pero alimenta la incertidumbre sobre el futuro político de Nueva Caledonia y su relación con Francia.
































