El Ministerio de Educación francés anunció la supresión de 4.000 puestos de docentes para 2026, una medida que ya divide a la comunidad educativa y genera críticas sindicales. El ministro Édouard Geffray justificó la reducción invocando una caída “importante y acelerada” del número de alumnos en primaria.
Geffray recordó que el número de estudiantes en el primer ciclo escolar caerá de 6,7 millones en 2019 a 5,7 millones en 2029, lo que representa un descenso del 15%.
“Vamos a perder casi un millón de alumnos, eso exige una adaptación estructural del sistema. Cuando se contrata a un profesor es para 40 años, debemos anticipar por territorios,” explicó el ministro en TF1.
El gobierno promete limitar cierres de clases y mantener una media de 20 alumnos por aula en primaria para 2026. Además, el plan global prevé un saldo neto positivo de empleo, con 5.400 nuevas contrataciones, entre ellas 7.938 funcionarios stagiaires, 1.200 acompañantes de alumnos con discapacidad (AESH) y 200 puestos en el sector médico-social.
Sin embargo, la mayor organización sindical del sector primario, FSU-Snuipp, denuncia que solo una parte de esos stagiaires estarán frente a alumnos y alerta que las nuevas contrataciones de AESH disminuyen a la mitad respecto al año anterior. Según la FSU, estas cifras esconden en realidad un recorte y mantienen una “política de austeridad”.
Otras sindicatos cuestionan la distribución territorial de recursos, con miedo a que zonas rurales y urbanas más vulnerables enfrenten cierres de clases y aumento de alumnos por aula. Señalan también el riesgo que implica la creciente precariedad de los puestos basados en funcionarios temporales.
El debate excede el simple análisis presupuestario. La reforma abre interrogantes sobre el modelo educativo que Francia desea para las próximas décadas, balanceando entre eficiencia y calidad del servicio público.


































