Desde junio de 2024, se han anunciado 444 planes sociales en Francia, poniendo en peligro o eliminando 100.000 empleos, según la CGT.
El sector industrial es el más golpeado: tres cuartas partes de los planes afectan fábricas. Entre ellas, destaca Saverglass, en Le Havre, donde la empresa suprime 112 puestos, un 25% de su plantilla, por una caída brusca en pedidos.
“El moral está por los suelos. Era una planta que funcionaba bien y ahora esto”, dice Dominique, empleado amenazado, a LCI.
Otra trabajadora, Christelle, confiesa su preocupación:
“La situación va muy mal y no se está haciendo casi nada por los afectados”.
El economista Philippe Crevel atribuye este aumento de planes sociales a un efecto de “rattrapage”: la recuperación de dificultades acumuladas durante el fin de los apoyos masivos del Estado en la pandemia y por la guerra en Ucrania.
En pocas palabras, empresas que sobrevivieron gracias a ayudas públicas enfrentan ahora un ajuste duro y acelerado. Este fenómeno expone la fragilidad de gran parte del tejido industrial francés en este contexto económico tenso.
La disolución de la Asamblea Nacional en junio no ha detenido ni ralentizado el ritmo de cierres y recortes, reflejando un escenario preocupante para trabajadores y sindicatos. La CGT sigue registrando día a día nuevos planes que mantienen la presión sobre el empleo industrial.
Con 444 planes sociales en solo cinco meses, la alerta está encendida para los próximos meses en Francia, donde la industria tradicional se tambalea ante la falta de pedidos y la necesaria adaptación a un contexto global volátil.
 
						
									


































 
					 
								
				
				
			 
							 
							 
							 
							 
							 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				