Las grandes multinacionales como Coca-Cola, Nestlé y TotalEnergies están aumentando sus inversiones “verdes” en África, especialmente en la lucha contra la deforestación y la gestión de residuos. Pero la línea entre auténticos compromisos ambientales y el greenwashing sigue siendo borrosa.
En el sureste de Costa de Marfil, cerca de la frontera con Ghana, el paisaje idílico de playas y manglares contrasta con las actividades agrícolas que sostienen la producción de cacao, principal motor económico del país y foco de estos proyectos verdes.
Las multinacionales impulsan iniciativas para reducir la huella de carbono, a menudo vinculadas a sus cadenas de suministro de materias primas, como el cacao y otros cultivos. Sin embargo, expertos y activistas acusan a varias marcas de usar estas campañas como fachada para mejorar su imagen, sin cambios profundos ni verificables en sus prácticas.
La periodista económica Thaïs Brouck, especialista en macroeconomía en Jeune Afrique, señala que el reto consiste en evaluar la eficacia real de estos planes ante la presión pública y regulatoria. “Hay proyectos legítimos, pero también muchos que parecen respuestas calculadas para evitar críticas”, apunta.
El fotógrafo Andrew Caballero-Reynolds documentó en junio de 2022 las labores de recolección de cacao en la región de Sud-Comoé, revelando un retrato crudo de las condiciones locales y el impacto ambiental persistente.
Con el planeta en alerta por la crisis climática, la vigilancia sobre las acciones corporativas en zonas vulnerables aumenta. Sin datos claros y auditorías independientes, el futuro de estos compromisos verdes de las multinacionales seguirá en entredicho.
