En Buchelay, Yvelines, un hombre de 31 años fue detenido el 24 de septiembre tras robar prendas de ropa en la tienda Stokomani dentro del centro comercial Mon Beau Buchelay. El individuo fue sorprendido intentando ocultar bajo sus ropas un t-shirt y un pull, hechos que no son nuevos para él.
El detenido, de origen argelino, llegó clandestinamente a Francia en 2023 y ya contaba con antecedentes por uso de drogas, robos con fuerza y hurto. Fue condenado el 28 de mayo de 2025 por robos similares en Sephora y Decathlon, recibiendo 4 meses de prisión y una expulsión definitiva del territorio francés, medida que no respetó.
Tras ser liberado el 29 de agosto, permaneció menos de un mes en libertad antes de ser arrestado nuevamente por este nuevo robo. En su declaración inicial negó el hurto, alegando que la ropa provenía de un mercado, pero frente al tribunal de Versailles admitió el hecho con una excusa sencilla: “No tengo dinero para pagarlos y afuera hace frío”.
El jueves 25 de septiembre, el tribunal sentenció seis meses de cárcel con mandato de depósito. La fiscalía afirmó que “no tiene voluntad de respetar las decisiones judiciales”. Tras cumplir su condena, enfrentará nuevamente la obligación de abandonar Francia.
“Seis meses de prisión por 50 euros, voy a apelar”, dijo el acusado al conocer la condena.
Este caso pone en evidencia las dificultades de hacer cumplir las expulsiones definitivas en Francia, sobre todo con individuos que reinciden rápidamente tras salir de prisión.
