En Gonesse, Val-d’Oise, un Husky de 6 años fue encontrado atado a un árbol sin comida ni agua tras pasar ocho días solo. El dueño, que se fue de vacaciones durante un mes y medio, dejó al perro atado sin vigilancia ni cuidados. La policía fue alertada más de una semana después y encontró al animal exhausto y rodeado de sus excrementos.
El perro fue atendido por una veterinaria y entregado a una asociación de protección animal. La presidenta de la organización calificó este acto de «impardonnable» y destacó que, con las altas temperaturas de agosto, el Husky tuvo una suerte increíble de sobrevivir.
Al regreso, el dueño fue llamado a la comisaría y quedó en custodia policial. Admitió haber atado al perro y aseguró no haber encontrado ninguna solución de cuidado para él durante su ausencia. Ahora enfrenta cargos por abandono de animal, delito que puede conllevar hasta tres años de prisión y 45.000 euros de multa.
Este caso arroja luz sobre la vulnerabilidad de los animales en manos irresponsables y la necesidad de reforzar la vigilancia y las penas contra el abandono.
