Indonesia provocó un choque político en el deporte al negar visas a los atletas israelíes que debían competir en los próximos Campeonatos Mundiales de gimnasia artística en Jakarta del 19 al 25 de octubre.
El Gobierno indonesio bloqueó la entrada a los gimnastas de Israel y la Federación Internacional de Gimnasia (FIG) confirmó que “toma nota” de la decisión, sin avalar ni condenar oficialmente el veto. La FIG evitó confirmar un supuesto respaldo a Indonesia, desmentido en parte por la propia federación local.
El ministro indonesio de Asuntos Legales y Derechos Humanos, Yusril Ihza Mahendra, explicó que el rechazo obedece a la política firme de su país de no mantener relaciones con Israel mientras este no reconozca una Palestina libre y soberana. Indonesia, con la mayor población musulmana del mundo, no tiene vínculos diplomáticos formales con Israel y su opinión pública apoya la causa palestina.
Más de 500 atletas de casi 80 países están inscritos para el Mundial en Jakarta, evento que ahora queda marcado por esta controversia política. El presidente del Comité Olímpico nacional indonesio, Raja Sapta Oktohari, dijo que el país está consciente y listo para afrontar “todas las consecuencias” tras la exclusión de los gimnastas israelíes.
Hasta ahora, ni la FIG ni los organizadores del Mundial han anunciado medidas o sanciones contra Indonesia. La federación mostró esperanza en que se pueda crear “un ambiente seguro y tranquilo para todos los atletas” y evitó polemizar más sobre la decisión gubernamental.
Este boicot pone en duda la neutralidad política de la organización del evento, y puede abrir un nuevo frente de conflicto diplomático en el deporte internacional, justo cuando crece la presión para aislar la política de las competiciones deportivas.
