Las SCPI francesas redoblan su apuesta en el mercado inmobiliario británico y intensifican sus inversiones en 2024, identificando oportunidades de alto rendimiento en oficinas, comercios e incluso naves industriales en ciudades como Londres, Birmingham o Manchester.
Después de años golpeados por el Brexit, la pandemia y la subida de tipos, los fondos de inversión inmobiliarios detectan en Reino Unido un contexto favorable para captar rentabilidades atractivas. Nicolas Kert, presidente de Remake Asset Management, subraya que las valoraciones cayeron más del 25% en oficinas en la City y hasta un 44% en locales comerciales desde 2017, mientras que los alquileres en zonas céntricas incluso aumentan.
Marion Bertrand, directora de inversiones en Iroko, confirma el interés extendido fuera de Londres: “De veinte propiedades adquiridas, solo cuatro están en Londres. Buscamos también las ‘Big Six’ —Birmingham, Bristol, Edimburgo, Glasgow, Leeds y Manchester— en ubicaciones prime y naves industriales con contratos largos”.
En junio, Iroko cerró su primera compra directa en Londres con edificios reestructurados que ofrecen un rendimiento del 7,44%. Remake, por su parte, lanzó la SCPI temática Remake UK, limitada a siete años, con ambición de levantar 100 millones de euros y lograr una rentabilidad anualizada del 9%, más arriesgada que una SCPI tradicional.
El Reino Unido fue en 2024 destino líder para SCPI extranjeras, superando a Países Bajos y España, pero el flujo de dinero genera “peligro de sobrecalentamiento” alerta Philippe Cervesi, presidente de Corum Asset Management, pionera en Londres con su SCPI Corum XL. Cervesi advierte competencia en propiedades valoradas entre 5 y 20 millones de libras, con riesgo de subirse los precios.
Más allá de tendencias, los gestores valoran la profundidad, transparencia y liquidez del mercado británico. Según Kert, “el acceso a datos de transacciones y alquileres es mucho mejor que en Francia, aunque la volatilidad es mayor y exige rapidez”.
Las condiciones de compra también utilizan como argumento. Para Bertrand, “cerrar una operación en tres semanas es la norma en Reino Unido, mientras que en Francia puede tomar tres o más meses”. Cervesi destaca la ausencia del derecho de tanteo municipal y la rapidez para firmar contratos entre abogados, frente al proceso notarial francés que puede demorar medio año.
Finalmente, el régimen de arrendamientos en Reino Unido ofrece contratos muy largos, usualmente entre 15 y 20 años, donde el inquilino asume casi todos los costes de mantenimiento, un gran plus para los inversores.
El interés creciente de las SCPI francesas en Reino Unido marca un cambio estratégico frente a la limitada oferta y altas valoraciones del mercado francés y europeo. Sin embargo, expertos como Cervesi recomiendan cautela para evitar burbujas y apostar por un análisis riguroso para seleccionar activos.
Lo que queda claro es que Reino Unido se convierte en un terreno de juego cada vez más relevante para el ahorro inmobiliario colectivo francés, con rendimiento y liquidez que atraen en tiempos de incertidumbre.
