Jacqueline Perchat celebró este miércoles 24 de septiembre sus 100 años en el Ehpad Béthanie de Pellevoisin. La centenaria sorprendió al personal y otros residentes al soplar las velas de un gran pastel decorado con el número 100. A pesar de su avanzada edad, sigue manteniendo una voz clara, aunque es prácticamente sorda y se comunica con ayuda de una pizarra.
Nacida en 1925, Jacqueline tuvo una vida tranquila y sin excesos, una clave para su longevidad según su familia. Trabajó como asistente de dirección en una empresa estadounidense en Vernon, Eure. En su jubilación se trasladó a Châtellerault para ayudar a su hija y yerno con la restauración de un antiguo manoir, donde también cuidó el jardín y ayudó en las obras.
Su yerno, Thierry Vinitzki, destaca que “ella condujo hasta los 95 años. Tuvimos que insistir mucho para que entregara sus llaves”. Además, “practicó ciclismo hasta los 90 años” y evita el alcohol y el tabaco desde siempre.
Jacqueline llegó al Ehpad hace poco más de un año. Relata que al principio fue difícil adaptarse a las puertas cerradas del centro, pero ahora se siente acompañada por quienes viven circunstancias similares. Su memoria sigue viva aunque admite tener momentos de olvido:
“La cabeza va bien, pero a veces me cuesta encontrar las palabras”
Durante la celebración fue visitada por su hija Françoise, su nieto Mathias y su bisnieto Alexandre, nacido a comienzos de este año. “Espero que venga, él es quien más espero”, bromeó Jacqueline.
Jacqueline es la segunda residente que cumple 100 años en 2025 en este Ehpad ubicado en la región Centre-Val de Loire. A sus 100 años continúa siendo la estrella del centro, reflejo de una vida activa y sana que desafía los límites comunes de la edad avanzada.
