Blair Campbell, un jardinero de 35 años, murió electrocutado en octubre de 2022 mientras cortaba el césped en Reino Unido tras tocar un cable eléctrico oculto bajo hiedra, un accidente que su viuda califica como “totalmente evitable”.
La tragedia salió a la luz cuando la familia denunció que el poste de transformación eléctrico estaba mal señalizado y que un cable peligroso estaba cubierto por el lierre, lo que impidió que Blair percibiera el riesgo. A pesar de múltiples alertas previas enviadas a la empresa suministradora de energía, no se tomaron medidas para limpiar la zona.
“Este accidente podría haberse evitado si ellos hubieran hecho su trabajo”, señaló su viuda al Manchester Evening News.
La familia de Campbell no ha recibido ni una disculpa ni indemnización. La empresa responsable asegura que no tenía ningún plazo para corregir la señalización, defendiendo su gestión ante la tragedia. La viuda, de origen neozelandés y residente en Reino Unido, planea demandar para obtener justicia.
El tribunal que investigó el caso concluyó que la cobertura vegetal bloqueó la señalización de peligros eléctricos en la zona, un problema conocido y reportado en varios informes previos que fueron ignorados.
En Francia y Europa, la seguridad eléctrica en entornos laborales y públicos es estricta, pero este caso hace sonar las alarmas sobre la necesidad de mantenimiento activo y la respuesta rápida a reportes de riesgo, especialmente en zonas verdes.
Este accidente mortal evidencia fallos graves en la supervisión de infraestructuras eléctricas accesibles. El drama sigue abierto mientras la familia exige responsabilidades legales y financieras.
 
						
									


































 
					 
								
				
				
			 
							 
							 
							 
							 
							 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				 
				