Al menos 14 civiles fueron asesinados en Léré, centro de Mali, tras negarse a cumplir con un ultimátum impuesto por el grupo jihadista Jnim, afiliado a Al-Qaida, confirmó una fuente local y testigos.
El lunes, Jnim llevó a cabo un asalto en el que secuestró a doce personas a quienes después ejecutaron, según un responsable local que pidió anonimato por seguridad. Además, dos pastores raptados días antes fueron encontrados muertos a pocos kilómetros.
Los jihadistas acusaron a los civiles de “complicidad con las Fuerzas Armadas Malíes (FAMa)”. Un testigo que huyó a Mauritania reveló que imponían un ultimátum de 24 horas para abandonar Léré. Quienes no lo hicieron fueron asesinados o tomados como rehenes.
Desde hace dos semanas, Jnim mantiene un bloqueo sobre esta localidad, buscando aislarla. Según una fuente de la ONU, cientos huyeron en las últimas 48 horas debido a la escalada de violencia y restricciones.
Una fuente de seguridad en Tombouctou confirmó la ejecución de al menos diez civiles e indicó que un militar pudo constatar el “masacre” in situ.
Presión creciente del Jnim para aislar al gobierno de Bamako
Desde septiembre, Jnim intensifica su estrategia de bloqueo en varias zonas y controla rutas clave, incluso para el transporte de carburantes, debilitando la economía maliense y aumentando la presión sobre la junta militar que controla el país.
La amenaza ya se siente en la capital maliense, Bamako, donde las fuerzas jihadistas intentan aislarla mediante ataques continuos en carreteras cercanas.
En reacción, el Reino Unido y Estados Unidos anunciaron a finales de octubre la retirada de su personal no esencial y pidieron a sus ciudadanos abandonar Mali ante el deterioro de la seguridad.
La violencia en Léré refleja un patrón más amplio de presión violenta y aislamiento impuesto por grupos jihadistas, que suman víctimas civiles mientras consolidan control territorial en el Sahel.


































