Jordan Bardella recorre Francia con largas filas de jóvenes que esperan para conseguir su firma y un selfie, elevando su perfil como posible alternativa en la carrera presidencial de 2027.
Oficialmente, Bardella se vende como un futuro primer ministro bajo un gobierno liderado por Marine Le Pen, quien actualmente cumple una pena que podría dejarla fuera de la próxima elección presidencial si la sentencia se mantiene tras la apelación.
En ciudades como Nice, Toulon y Marsella, la popularidad del presidente del Rassemblement National crece, visible en redes sociales donde exhibe las multitudes y la conexión con un electorado joven y trabajador.
Un reciente sondeo de Elabe para BFMTV y La Tribune en octubre lo sitúa al frente del primer turno frente a cualquier rival, superando incluso a Le Pen en intención de voto, alimentando la hipótesis de que Bardella pueda pasar de plan B a plan A.
«Ella me encontrará siempre a su lado en la defensa de Francia», declaró esta semana Bardella, reafirmando la lealtad hacia Le Pen, pero sin despejar su ambición presidencial.
Su gira de promoción del libro Ce que veulent les Français, publicado por Fayard, funciona como una precampaña. Bardella recoge relatos y demandas populares para fundamentar un discurso que mezcla la mirada provincial con promesas económicas dirigidas a empresarios.
Se distancia del enfoque más social y popular de Le Pen, buscando conquistar sectores empresariales poco receptivos históricamente al RN. Promete menos impuestos y mayor libertad económica, alineándose con la derecha clásica para ampliar su base electoral.
A diferencia de Le Pen, Bardella asume abiertamente una línea política de derecha mientras ella sigue apelando al enfrentamiento “pueblo contra oligarquía”. Esta diferencia, que marca una división interna, podría ampliar el atractivo del partido en 2027.
La incógnita sigue siendo quién encabezará finalmente la candidatura del Rassemblement National en las presidenciales, pero las señales son claras: Bardella pone ritmo y volumen a su perfil como sucesor potencial ante un futuro incierto para Le Pen.


































