El jefe del Estado Mayor francés, Fabien Mandon, lanzó una advertencia clara este miércoles: el ejército francés debe estar listo para un choque con Rusia dentro de tres o cuatro años. Ante los diputados, pidió un aumento “fundamental” del presupuesto militar para afrontar esta amenaza creciente desde el Kremlin.
Mandon asumió el mando de las fuerzas armadas el 1 de septiembre y alertó sobre la “percepción de una Europa colectivamente débil” que Rusia aprovecha junto con una “desinhibición en el uso de la fuerza”. Esa misma alerta la comparte Alemania, donde el servicio de inteligencia federal advirtió esta semana que Rusia podría estar lista para un conflicto directo con la OTAN.
Martin Jäger, presidente del BND alemán, fue rotundo: “No debemos pensar que un ataque ruso no llegará antes de 2029, ya estamos en el fuego de la acción”. Por su parte, la jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, insistió en la necesidad urgente de reforzar las defensas contra Moscú.
Los incidentes recientes no dejan dudas: incursiones de drones rusos en Polonia, violaciones del espacio aéreo de Estonia y múltiples ataques encubiertos en Alemania evidencian una escalada rusa inquietante. Además, campañas de desinformación y sabotajes mantienen a la UE y a sus capitales en alerta máxima.
Francia anuncia un fuerte incremento presupuestario para preparar su defensa. El proyecto define un presupuesto de 57,1 mil millones de euros para 2026, un alza del 13% frente al año anterior, con la intención explícita del presidente Emmanuel Macron de doblar los fondos para defensa en una década, desde los 32,2 mil millones de euros en 2017.
“Nadie puede quedarse inmóvil, tenemos ventaja pero si mantenemos el ritmo actual seremos superados”, declaró Macron antes de la Fiesta Nacional.
La apuesta francesa no es aislada: países como Polonia subirán su gasto a 4,8% del PIB en 2025, liderando el esfuerzo europeo. La OTAN prevé gastos militares superiores a 1.500 millones de dólares ese año entre sus miembros.
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, advirtió que Moscú podría lanzar una ofensiva “victoriosa” en Europa en tres a cinco años si no se reforzan rápidamente los mecanismos de defensa.
Francia y sus aliados europeos están ajustando cuentas con la realidad: el peligro ruso ya no es remoto ni hipotético, sino un desafío de corto plazo que obliga a redoblar inversión y preparación militar en todo el continente.
