El Consejo de Seguridad de la ONU votó el 31 de octubre de 2025 y aprobó la resolución 2797 que reconoce el plan de autonomía propuesto por Marruecos para el Sáhara Occidental como «la solución más realizable» al conflicto.
La reacción en Marruecos fue inmediata y emotiva. En Rabat, miles salieron a las calles a celebrar el respaldo internacional. El rey Mohamed VI se dirigió rápidamente a la nación para subrayar la importancia del dictamen y reafirmar la soberanía marroquí sobre el territorio.
Tras la euforia inicial, el Gobierno y el Parlamento entran en la fase de consolidación política. Este lunes 3 de noviembre, la Asamblea se reunió para debatir el camino a seguir y coordinar la política exterior que seguirá en las próximas semanas.
El ministro de Asuntos Exteriores marroquí ofreció una rueda de prensa extensa, detallando que la resolución marca un “punto de inflexión” en las negociaciones y abre la puerta a un futuro en que el Sahara Occidental goce de autonomía dentro del Reino de Marruecos. Sin embargo, llamó a la prudencia y a mantener el diálogo abierto con todos los actores involucrados en el conflicto.
La resolución 2797 pone fin a años de estancamiento en la ONU, donde la disputa entre Marruecos y el Frente Polisario había bloqueado avances significativos. Marruecos ha intensificado su diplomacia en los últimos meses, logrando importantes apoyos internacionales que influyeron en el voto del Consejo.
El Frente Polisario, que reclama la independencia del Sáhara Occidental, no reconoció la resolución y anunció que continuará con su campaña internacional para buscar apoyo. Este sigue siendo un punto caliente en la política regional de África del Norte y el Magreb.
Desde París y Bruselas observan con atención el desenlace. La posición oficial europea ha sido siempre llamar a una solución negociada que respete los derechos de todas las partes. La Asamblea Europea discutirá el impacto de esta resolución y sus implicaciones en las próximas reuniones.
El acuerdo de la ONU también contiene mecanismos para asegurar que el proceso de autonomía se implemente bajo supervisión internacional, aunque la vigilancia real seguirá siendo objeto de debate entre los países miembros.
Con esta resolución, Marruecos consolida un avance diplomático crucial que refuerza su presencia en la región y modifica el tablero geopolítico en torno al Sáhara Occidental. Queda por ver cómo responderá el Frente Polisario y cómo avanzarán las negociaciones a partir de ahora.
						
									

































