La insulina juega un papel decisivo en la salud de las mujeres, especialmente durante tres fases críticas: pubertad, embarazo y perimenopausia, según especialistas citados por Epoch Times.
Durante la pubertad, una subida natural en la resistencia a la insulina facilita el crecimiento y la maduración reproductiva. Sin embargo, una dieta alta en azúcares y grasas ultraprocesadas puede desequilibrar este proceso, aumentando el riesgo de diabetes tipo 2 más adelante, advierte la endocrinóloga Dra. Roshani Sanghani.
En la edad fértil, algunas mujeres desarrollan síndrome de ovarios poliquísticos (SOPK), ligado a la resistencia a la insulina. “La resistencia a la insulina es la raíz tanto de la ganancia de peso como del SOPK,” afirma Sanghani. Además, tratamientos hormonales comunes como la píldora anticonceptiva pueden agravar la condición metabólica. La Dra. Debra Muth, especialista en salud hormonal, señala que muchas mujeres ganan peso con estos medicamentos por su efecto sobre la insulina.
El embarazo provoca una nueva oleada de resistencia a la insulina para nutrir al feto. El cuerpo debe producir más insulina, pero si un estrés metabólico adicional aparece, puede desarrollarse diabetes gestacional en hasta el 9% de las mujeres. El riesgo de que esta resistencia persista y derive en diabetes tipo 2 aumenta tras el parto, explicó el Dr. Grant Antoine, médico en medicina integrativa.
Finalmente, la perimenopausia y la menopausia traen cambios hormonales que reducen la sensibilidad a la insulina. La caída de estrógenos y progesterona favorece la acumulación de grasa abdominal, pérdida muscular y riesgo cardiovascular. Sanghani recomienda considerar la terapia hormonal sustitutiva (THS) especialmente con estrógeno transdérmico y progesterona micronizada para mejorar la resistencia a la insulina y el metabolismo.
Más allá de tratamientos médicos, las expertas subrayan la importancia de una nutrición adecuada y un estilo de vida saludable. Evitar productos ultraprocesados y azúcares, consumir suficiente proteína y omega-3, así como mantener actividad física y dormir bien son claves para controlar la resistencia a la insulina.
La resistencia a la insulina está presente y varía durante toda la vida reproductiva femenina. Su manejo es esencial para reducir la incidencia de diabetes, enfermedades cardiovasculares y trastornos hormonales como el SOPK.
