Paul Thomas Anderson vuelve a demostrar por qué es uno de los directores más influyentes del cine contemporáneo con su nuevo filme Une bataille après l’autre, estrenado el pasado miércoles 24 de septiembre en Francia. Esta vez, reinterpreta la novela Vineland del emblemático escritor postmodernista Thomas Pynchon, para montar una comedia de acción que mezcla crítica social con entretenimiento puro.
El filme arranca en medio de una operación clandestina para liberar a migrantes latinos presos en un campamento militar, protagonizada por la carismática activista negra Perfidia (Tenayna Taylor) y Bob, un artificiero interpretado por Leonardo DiCaprio. La acción se despliega con ritmo implacable y trazos satíricos, mientras emergen personajes como el villano Steve Lockjaw, un oficial corrupto y racista que interpreta Sean Penn.
La narrativa avanza 16 años después con una América que ha cambiado, donde Bob y su hija Willa (Chase Infiniti) viven ocultos, en un mundo dominado por extremismos y vigilancia constante. La tensión crece cuando Lockjaw busca a Willa, gastando recursos de las fuerzas armadas y la policía para capturarla. Bob, marcado por sus años de adicciones, debe reaparecer en la lucha para proteger a su familia, aunque su memoria de códigos revolucionarios esté afectada.
Une bataille après l’autre combina thriller, comedia negra, drama y sátira con una fluidez que sólo PTA había logrado en títulos como There Will Be Blood o Magnolia. Con influencia visible de Sidney Lumet y los hermanos Coen, el director consigue una película de casi tres horas que mantiene al espectador absorbido y entretenido sin concesiones al tedio.
Más que mero entretenimiento, el filme es un alegato sobre el estado actual de Estados Unidos, mostrando con crudeza y estilo la batalla continua entre ideales progresistas y fuerzas reaccionarias. Anderson evita clichés misantrópicos, y en lugar de caer en conclusiones fáciles, lanza una advertencia clara sobre el avance del autoritarismo y la necesidad de resistir, “una batalla después de otra”.
Para los cinéfilos y fans de DiCaprio, este estreno es un golpe fuerte que reconfigura las expectativas del cine americano en 2024, un debut que no solo deslumbra por su puesta en escena y actuaciones sino por su discurso político implícito. La película ya está en salas y da de qué hablar.
