El presidente Emmanuel Macron ordenó a su primer ministro dimisionario, Jean Castex, encontrar una salida a la crisis política en 48 horas. Pero las consultas que comenzaron este lunes en Matignon no han aclarado el rumbo ni las soluciones.
Fuentes participantes admiten desconcierto total. Un representante del “socle commun” dijo en privado:
“No entiendo ni siquiera el objetivo de estas negociaciones”
. La insistencia en formatos repetidos parece más una rutina que una respuesta efectiva. El comunicado oficial de Élysée habla de «plataforma de acción» y «estabilidad», pero sin detallar cómo alcanzarlas.
Mientras tanto, la desconfianza crece. Un asesor gubernamental resumió la situación:
“¿Por qué el primer ministro tendría éxito en 48 horas donde falló en un mes?”
. Añade un desánimo palpable en los pasillos oficiales.
La reunión convocada para esta mañana entre Sébastien Lecornu y los líderes del socle commun fue boicoteada por Bruno Retailleau, jefe de Les Républicains, quien prefirió ser recibido solo. Según asistentes, el encuentro giró únicamente en aspectos presupuestarios sin abrir nuevas vías de negociación.
En resumen, la crisis política que atraviesa Francia sigue estancada. Los actores no logran ir más allá de las discusiones repetitivas, mientras la presión por una solución crece.
