El presidente de Madagascar, Michaël Randrianirina, finalmente reveló este martes la composición de su nuevo gobierno, con un total de 28 miembros. La demora sorprendió a muchos: se esperaba el anuncio inicialmente para el 25 de octubre, luego para el 26, pero solo se concretó días después, el 29 de octubre.
El relevo presidencial se había consumado la semana anterior, cuando Randrianirina asumió el mando en la isla. Desde entonces, la presión para nombrar un gabinete que representara diversos sectores y garantizara estabilidad fue creciente. Fuentes desde la presidencia anticiparon comunicaciones de último minuto, incluso aseguraron que avisarían la composición con solo dos horas de antelación, pero finalmente la confirmación se dio sin previo aviso.
El nuevo primer ministro, Herintsalama Rajaonarivelo, fue investido el 22 de octubre en Antananarivo y desde entonces ha estado bajo escrutinio. La formación de este ejecutivo muestra esfuerzos claros por equilibrar las distintas corrientes políticas y sociales de Madagascar, que mantiene tensiones internas fuertes tras años de crisis sucesivas.
La lista completa de ministros apunta a un compromiso entre continuidad y renovación, aunque no se han dado más detalles aún sobre las responsabilidades específicas de cada uno ni cómo enfrentará el gobierno las urgencias económicas y sociales que afectan al país.
Expertos en política malgache comentan que la demora y los ajustes en el gabinete reflejan la dificultad de la “ruptura” prometida por Randrianirina, que busca marcar distancias con anteriores administraciones pero necesita evitar antagonismos internos. La expectación ahora se centra en los próximos movimientos del nuevo ejecutivo, cuyo desempeño será decisivo para la estabilidad de Madagascar en los próximos meses.
Desde Francia, Madagascar es un aliado histórico y observadores en París seguirán de cerca esta transición. Cualquier cambio en la política del país puede tener impacto en la cooperación bilateral y la seguridad regional en el Índico.
El gobierno de Madagascar inicia su tarea tras una instalación tardía, abriendo un capítulo clave para la isla más grande de África insular, con miradas puestas en su capacidad para sostener la unidad nacional.


































