Mareuil-sur-Cher se llenó de monstruos este viernes 31 de octubre por la noche con motivo de la fiesta de Halloween. En el pequeño pueblo, numerosos grupos de niños y adultos recorrieron las calles disfrazados, buscando dulces y diversión.
El ambiente era inquietante pero festivo. Frente a la biblioteca, colgaban decoraciones clásicas: telarañas, calabazas y telas negras que no intimidaron al grupo que se acercó a saludar a Eric, el bibliotecario. Este mostraba un característico disfraz de revenant que aportaba el toque de terror a la velada.
En la plaza central, la asociación local Savoir faire savoir être instaló varios puestos. Preparaban vin chaud y sopa de calabaza para que los asistentes pudieran disfrutar al aire libre o dentro de la sala de asociaciones, que estaba adornada especialmente para el evento.
La celebración mezclaba tradición y comunidad: los disfraces iban desde monstruos clásicos hasta creaciones más elaboradas. Las familias se movían sin miedo por las calles, disfrutando del ambiente nocturno y participando en la costumbre de Halloween, cada vez más arraigada en regiones rurales como ésta.
La iniciativa de la asociación fue un éxito, reuniendo a todas las generaciones. Con música suave, comida típica y un entorno seguro, Mareuil-sur-Cher demostró que Halloween puede ser una fiesta local que une barrios y vecinos bajo un mismo espíritu festivo.

































