El tifón Kalmaegi ha dejado al menos 90 muertos en Filipinas desde que tocó tierra este lunes por la noche, informó la defensa civil local. El fenómeno climático arrasó ciudades enteras, sobre todo en zonas urbanizadas como la región de Cebu, donde se contabilizan 49 víctimas y al menos 26 personas desaparecidas.
Kalmaegi entró por la provincia de las islas Dinagat y descargó precipitaciones que superaron la media mensual, con 183 mm de lluvia en 24 horas solo en Cebu, según la meteoróloga Charmagne Varilla. Los residentes tuvieron que refugiarse en azoteas mientras las aguas inundaban calles y arrastraban vehículos y contenedores.
Rafaelito Alejandro, responsable de defensa civil en radio local DZMM, confirmó que “las grandes ciudades” fueron las más afectadas y que la prioridad ahora es eliminar los escombros que bloquean las principales vías de comunicación.
Hasta 400.000 personas fueron evacuadas preventivamente en la trayectoria del tifón, que avanza hacia el oeste con vientos sostenidos de 120 km/h y ráfagas de hasta 165 km/h en la zona turística de Palawan.
Una temporada de tifones intensa
El archipiélago filipino sufre cada año una media de veinte tifones o tormentas tropicales. Este año, con Kalmaegi, ya se ha alcanzado ese promedio y se esperan “entre tres y cinco más” antes de diciembre, advirtió Varilla. La región, donde las zonas más pobres son las más vulnerables, arrastra graves daños recurrentes por estos eventos.
En septiembre, los tifones Ragasa y Bualoi también azotaron Filipinas con saldo mortal. Científicos apuntan que el cambio climático, causado por la actividad humana, aumenta la frecuencia y la dureza de estos fenómenos extremos.
Mientras tanto, las autoridades filipinas siguen movilizando recursos para socorrer a las víctimas y restablecer las conexiones viales en las zonas afectadas.


































