Francia dio un paso clave para flexibilizar las bajas médicas: médicos podrían prescribir teletrabajo en lugar de un baja tradicional, según dos enmiendas aprobadas esta semana en la Comisión de Asuntos Sociales del Parlamento.
Los diputados Stéphane Viry (LIOT) y Nicolas Turquois (Modem) impulsaron esta medida conjunta, que busca una “reincorporación progresiva y adaptada” especialmente para pacientes con problemas musculoesqueléticos o trastornos ansioso-depresivos.
La propuesta permite que un médico recomiende teletrabajo en condiciones estrictas: el empleado debe aceptar, el puesto debe ser compatible con este modo y la empresa debe validar la organización. Además, la baja tradicional sigue siendo opción si el médico lo determina.
El objetivo es claro: frenar el aumento imparable de las bajas por enfermedad, que encarecen el gasto público. Entre 2010 y 2019, las indemnizaciones por enfermedad crecieron un 28,9%, y de 2019 a 2023 aumentaron otro 27,9%. En 2024, el gasto llegó a 11,3 mil millones de euros, una factura creciente que las autoridades quieren controlar.
Pero aún falta mucho para que la medida entre en vigor. La aplicación depende de un decreto del Consejo de Estado que precise los detalles, incluidas las condiciones con los empleadores. Luego, deberá aprobarse en sesiones plenarias y formar parte del presupuesto de la Seguridad Social 2026.
Además del teletrabajo, se aprobaron otras enmiendas como reducir a 15 días la duración inicial de las bajas emitidas en consultas privadas y a 30 días en hospitales, y prohibir renovar bajas vía teleconsulta salvo excepciones médicas. Los seguimientos se limitarían a dos meses máximo por renovación.
En resumen, la Asamblea pone en marcha un cambio profundo en la gestión de la enfermedad laboral buscando menores gastos y mayor flexibilidad para trabajadores y empresas. Pero la aplicación práctica queda aún lejos y depende de múltiples validaciones administrativas y legislativas.


































