Una maestra de 34 años llamada Zouhaïra fue asesinada a tiros el 21 de octubre en Garoua, norte de Camerún, en medio de protestas opositoras contra los resultados de las presidenciales del 12 de octubre.
Los hechos ocurrieron cuando Zouhaïra, quien trabajaba en la escuela primaria árabe de Poumpoumré, regresaba a su casa y atravesaba una manifestación espontánea convocada por seguidores de Issa Tchiroma Bakary, el principal opositor que reclama su victoria frente al presidente Paul Biya.
Las versiones aún divergen. Algunos testigos hablan de una bala perdida, pero el padre de la víctima aseguró a medios locales que un hombre armado disparó a su hija “a quemarropa” cerca del portal de su domicilio. Su muerte ha encendido los ánimos en una ciudad que ya vive bajo alta tensión.
Manifiestos del gobierno mantienen un mensaje firme. El ministro de Administración Territorial, Paul Atanga Nji, responsable del orden público, no ha respondido directamente al caso, pero advirtió que cualquier intento de insurrección será “severamente reprimido”. Desde las elecciones, veinte personas han sido arrestadas en Garoua, y serán juzgadas en tribunales militares por presuntos actos de rebelión.
Los cruces de acusaciones entre el régimen y la oposición van en aumento. Tchiroma Bakary, exministro de Comunicación, denuncia una estrategia de intimidación para amedrentar a quienes defienden la “verdad de las urnas” y convoca a mantener la movilización para presionar al Consejo Constitucional, que debe anunciar los resultados definitivos el 23 de octubre.
Los datos oficiales provisorios dan como ganador a Paul Biya con un 53,66% de los votos, mientras el opositor publica resultados alternativos que lo colocan con un 55% y llama a nuevas protestas en ciudades clave como Garoua, Dschang, Bafoussam, Yaoundé y Douala.
La muerte de Zouhaïra podría marcar un punto de inflexión en la crisis postelectoral. Su imagen ya circula en redes sociales y se ha convertido en símbolo de la oposición frente a lo que se percibe como una dura represión del régimen de Biya.
La situación sigue siendo volátil en la región del norte, donde se registraron disparos y barricadas en llamas durante las protestas. Testigos reportan al menos dos muertos y varios heridos en diferentes enfrentamientos con las fuerzas del orden en varios barrios.
El país se prepara para una nueva jornada de tensión el 23 de octubre, cuando se anuncien los resultados oficiales. La presión en las calles no cede y la seguridad seguirá reforzada.
