Neil Hannon, líder del grupo irlandés The Divine Comedy, regresa después de seis años sin nuevo material con un álbum que mezcla elegancia clásica y melancolía contemporánea. Su 13º disco, Rainy Sunday Afternoon, salió esta semana y ya se posiciona como uno de los retornos más esperados.
Desde hace tres décadas, Francia ha estado especialmente ligada a Hannon, quien siempre ha rendido tributo a la tradición musical gala en sus composiciones. En este nuevo disco, se notan influencias directas de Claude Debussy y el expresivo legado de Jacques Brel, adaptados a un lenguaje moderno que recuerda a Scott Walker en los años 60.
El álbum oscila entre sonidos que evocan desde Kurt Weill hasta Burt Bacharach, con pasajes que parecen traer de vuelta el brillo de las conocidas Trente Glorieuses. Una invitación intensa a refugiarse en la música en tiempos turbulentos.
Además, Hannon habló desde la sinceridad sobre su compromiso con la música y el público:
“Incluso en silla de ruedas, aún quisiera subir al escenario”
, dijo en una entrevista para Le Journal du Dimanche. Esta frase suena a declaración de amor y determinación frente a cualquier dificultad.
Su última gran aparición fue con la banda sonora de la película Wonka (2023), dirigida por Paul King. Ahora, con este regreso musical, Hannon apunta a reconectar con sus seguidores franceses y europeos, manteniendo la esencia que le ha ganado respeto y admiración.
El músico irlandés apuesta por una obra íntima, cargada de nostalgia y belleza sutil, alejándose del pop inmediato para ofrecer un trabajo más personal y orquestal.
Hannon sigue mostrando que después de años en la carretera, su talento no solo está intacto, sino que encuentra nuevas maneras de seguir brillando, a pesar de las adversidades.


































