El jueves 25 de septiembre, el ex presidente francés Nicolas Sarkozy fue condenado a 5 años de prisión en el juicio por el presunto financiamiento ilegal de su campaña presidencial de 2007 con fondos provenientes del régimen de Mouammar Kadhafi.
La sentencia incluye un mandato de detención con efecto diferido y ejecución provisional, lo que significa que Sarkozy deberá ingresar en prisión próximamente, aunque la fecha exacta aún no ha sido fijada. El fiscal tiene un plazo de un mes para notificar la fecha de su encarcelamiento, que será inminente y efectivo incluso si se apela la condena.
Este mecanismo legal impide que Sarkozy evite la cárcel mientras su recurso esté en trámite, algo poco común para un ex jefe de Estado y que refuerza la gravedad del caso. A sus 70 años, el ex mandatario declaró tras la sentencia:
“Haré naturalmente apelación y probablemente compareceré esposado ante la corte de apelación. Dormiré en prisión, pero con la cabeza alta. Me batiré hasta el último aliento para probar mi completa inocencia.”
Sarkozy fue hallado culpable de asociación ilícita de malhechores por permitir que colaboradores suyos buscaran apoyo financiero en Libia. Fue absuelto de otros cargos como receptación de fondos públicos y corrupción pasiva.
Dos de sus ex colaboradores cercanos, Claude Guéant y Brice Hortefeux, también recibieron condenas este jueves. Guéant fue condenado por corrupción pasiva y falsificación, mientras Hortefeux fue declarado culpable de asociación ilícita.
La condena a Sarkozy guarda similitudes con la de Pierre Palmade en noviembre de 2024, que también implicó una pena firme con mandato de detención con ejecución provisional.
Este caso remueve una página sensible de la política francesa, por la influencia del régimen libio en campañas electorales y cuestiona el blindaje tradicional que suelen tener las figuras políticas de alto nivel.
El próximo paso será la notificación formal de la fecha de ingreso en prisión; a partir de ahí, se confirmará el inicio de la ejecución de esta condena. La apelación iniciará un nuevo capítulo judicial, pero no suspende la obligación inmediata de Sarkozy de ingresar en la cárcel.
