Nicolas Sarkozy, ex presidente de Francia, será encarcelado esta mañana en la prisión de la Santé, en París, sujeta a una condena de cinco años por asociación de malfaiteurs en el caso del presunto financiamiento ilegal de su campaña presidencial de 2007.
La decisión llega casi un mes después de que el tribunal correctionnel de París dictara sentencia. Sarkozy fue declarado culpable de permitir que sus colaboradores más cercanos, Claude Guéant y Brice Hortefeux, se reunieran con un alto dignatario libio vinculado al régimen de Muamar Gadafi para discutir el financiamiento oculto de su campaña.
El ingreso previsto para este martes 21 de octubre pone por primera vez a un ex mandatario bajo la Quinta República tras una condena a prisión. Se desconoce si gozará de condiciones especiales por su estatus, aunque se sabe que dormirá en una celda individual del área de aislamiento.
Esa misma mañana, alrededor de las 8:30, está previsto un acto de apoyo convocado por la familia Sarkozy en el barrio del 16º arrondissement, donde reside el expresidente. Su hijo, Louis Sarkozy, hizo un llamado público en redes sociales para que se movilicen en señal de respaldo.
El viernes pasado, Emmanuel Macron recibió a Sarkozy en el Palacio del Elíseo. El presidente actual afirmó mantener una postura clara sobre la independencia de la justicia, pero justificó el encuentro como un gesto humano entre dos jefes de Estado.
“He tenido siempre posturas claras sobre la independencia judicial. Pero era normal recibir a un antecesor en este contexto”, explicó Macron.
Por su parte, el ministro de Justicia, Gérald Darmanin, aseguró que visitará a Sarkozy en prisión, una promesa que no ha estado exenta de críticas por parte de sindicatos judiciales que alertan sobre un posible conflicto de intereses.
Tras su encarcelamiento, la defensa del exmandatario presentará una solicitud de puesta en libertad provisional. La justicia tiene hasta dos meses para decidir, aunque se espera que la resolución llegue antes.
Sarkozy insiste en su inocencia y mantiene la apelación activa. Mientras tanto, la atención está puesta en los próximos pasos de un caso que marca un hito sin precedentes en la historia política francesa.
