Nicolas Sarkozy cumplirá una pena de cinco años de prisión tras ser declarado culpable en el caso del presunto financiamiento libio de su campaña presidencial de 2007. La jueza Nathalie Gavarino dictó el fallo con mandato de depósito y ejecución provisional, aunque el ex presidente anunciará seguro un recurso. La fecha para su ingreso a la emblemática prisión de La Santé será confirmada el próximo 13 de octubre.
Según Pierre Botton, exdetenido que estuvo en La Santé, la llegada de Sarkozy comenzará con la toma de una fotografía con su número de preso, que marca el inicio de la pérdida de su identidad personal. Luego, el equipo de la prisión inspeccionará sus pertenencias: no podrá llevar perfumes, alcohol ni objetos cortantes. Se recomienda que los libros tengan cubierta blanda para evitar problemas con la censura interna.
“La fouille es un choque, una humillación difícil de manejar”
Sarkozy enfrentará además una requisa corporal, aunque Botton señala que en su caso, dada su posición, no se espera que pase por una inspección completamente desnudo.
Una vez dentro, recibirá un paquete con lo básico: cobijas, toallas, papel higiénico y productos de aseo que todos los detenidos reciben. Deberá cargar todo por sí mismo hasta su celda en el sector QB4, reservado para presos considerados frágiles o “VIP”.
En su celda encontrará un litera de apenas 70 centímetros, un espacio reducido con armarios sin puertas, ducha, inodoro, una placa calentadora y un frigorífico y televisor que solo funcionan si los paga con el consentimiento y ayuda de otros reclusos, incluyendo la compra de pilas.
Botton apunta que puede pasar hasta tres semanas sin tener tele si no consigue pilas pronto, un detalle que apunta a la precariedad del día a día en La Santé aún para un exmandatario.
El ingreso de Sarkozy a prisión apunta a marcar un hito en la justicia francesa y en la historia política reciente. El expresidente afronta no solo su condena sino una experiencia radical, desde el momento mismo de su llegada y la pérdida total de sus privilegios fuera del poder.
