Noureddine Daoudi regresó al frente de Sonatrach, la mayor empresa petrolera de África, el pasado 26 de octubre, tras haber estado retirado desde 2023. El nombramiento se produce en un contexto donde la dirección de la compañía cambia con frecuencia: en los últimos 15 años han pasado ocho CEOs, cuatro solo en la era del presidente argelino Abdelmadjid Tebboune.
Daoudi sustituye a Rachid, cuyo mandato fue breve, reflejando la inestabilidad al mando del grupo nacional que controla parte esencial del sector energético en el Magreb. Reconocido por su discreción y profundo conocimiento de las alianzas internacionales, Daoudi asume con una hoja de ruta que, según fuentes oficiales, no sufrirá modificaciones inmediatas.
Sonatrach, clave tanto para la economía argelina como para el suministro energético en Europa, sigue enfrentando retos estructurales, acentuados por la volatilidad del mercado global del petróleo y la presión creciente hacia la transición energética. Daoudi llega con la expectativa de dar continuidad y estabilidad tras una sucesión frenética de líderes.
Su nombramiento es visto como un intento del gobierno de Tebboune por mantener firme el control político y técnico de la compañía, fundamental para los ingresos del Estado. Aunque retirado, Daoudi mantiene redes de influencia en el sector y experiencia estratégica relevante para la gestión de contratos y alianzas internacionales, especialmente con socios europeos.
Con un promedio de menos de dos años en el cargo para sus predecesores, la permanencia de Daoudi será seguida de cerca para medir si logra imponer estabilidad en Sonatrach o si las tensiones políticas internas y externas vuelven a precipitar un cambio rápido.
El movimiento también podría reflejar señales de mayor intervención estatal en la empresa, con la mirada puesta en asegurar los recursos ante un contexto global cada vez más competitivo y sensible a las fluctuaciones del petróleo.


































