El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó esta semana una resolución clave que consagra el plan de autonomía bajo soberanía marroquí para el Sahara Occidental, cerrando una disputa diplomática que se prolonga desde hace cinco décadas.
Después de largas negociaciones y presiones internacionales, la ONU ha tomado una postura clara y oficial al reconocer el esquema propuesto por Marruecos como la referencia para la resolución del conflicto. Esta decisión marca un giro significativo en la diplomacia internacional respecto a un territorio que ha sido fuente de tensiones regionales desde los 70.
En Marruecos, el anuncio fue celebrado con escenas de alegría en varias ciudades y calles principales, reflejo de la importancia geopolítica y simbólica que el Sahara Occidental representa para el gobierno marroquí y su población.
El plan de autonomía, defendido por Rabat, propone administrar el Sahara Occidental con un alto nivel de autogobierno pero bajo la soberanía marroquí, un modelo que hasta ahora no había recibido este respaldo formal a nivel mundial.
Fuentes diplomáticas indican que esta resolución podría ser un paso decisivo para estabilizar una región marcada por décadas de confrontaciones entre Marruecos y el Frente Polisario, grupo que reclama la independencia del territorio.
No se especificaron en la resolución nuevos plazos ni mecanismos concretos para implementar el plan, pero el consenso del Consejo de Seguridad se percibe como un aval internacional que cambia la dinámica del conflicto.
Francia, miembro permanente del Consejo, había mostrado en el pasado una posición de apoyo parcial al plan marroquí, y su influencia fue clave en la redacción final del texto.
El conflicto del Sahara Occidental comenzó en 1975 con la retirada de España y desde entonces ha generado violencia, desplazamiento y estancamiento político a pesar de múltiples intentos de mediación internacional.
Con este voto, la ONU da un impulso diplomático inédito a Marruecos, que fortalece su volumen negociador y su control territorial sobre el Sahara Occidental, aunque el Frente Polisario aún rechaza esta fórmula.
El seguimiento internacional será intenso en las próximas semanas para ver si este respaldo se traduce en avances concretos y en una reducción real de tensiones en la región.


































