El presidente colombiano Gustavo Petro se convirtió en el primer jefe de Estado que solicita abiertamente una intervención militar en Gaza. Durante una manifestación pro-palestina en Nueva York, acompañado por el músico británico Roger Waters, Petro hizo un llamado contundente a la creación de un “ejército de salvación mundial” dedicado a liberar Palestina.
“Las naciones del mundo traerán hombres y mujeres entrenados y armados para formar esta gran fuerza, que debe ser más grande que la de Estados Unidos”, declaró Petro ante la multitud. Añadió una advertencia directa a los soldados estadounidenses, pidiéndoles que no disparen contra la humanidad y los exhortó a desobedecer órdenes que, según él, provienen del expresidente Donald Trump.
Estas palabras fueron consideradas “temerarias e incendiarias” por el Departamento de Estado de EE.UU., que anunció la revocación del visado de Petro horas después. Según Washington, su discurso incitó a la violencia y desobediencia entre tropas estadounidenses, un gesto que escaló la crisis diplomática entre ambos países.
Petro, quien participaba en la Asamblea General de la ONU, había provocado tensiones anteriormente con sus críticas directas a Estados Unidos y al bloqueo de un proyecto de resolución en el Consejo de Seguridad que reclamaba un alto al fuego y acceso humanitario en Gaza.
Tras su intervención, Petro abandonó Estados Unidos y regresó a Bogotá. La presidencia colombiana recordó que su mandatario también tiene pasaporte italiano, lo que formalmente le permitiría entrar a EE.UU. sin visa, aunque el gobierno norteamericano optó por bloquearle la entrada.
En respuesta al veto contra el presidente colombiano, su ministro del Interior, Armando Benedetti, denunció en redes sociales que el visado “debió ser revocado al primer ministro israelí Benjamin Netanyahou, pero debido a la protección estadounidense, solo se atreven a atacar a Petro”.
Esta crisis llega en un momento de creciente deterioro en las relaciones Colombia-Estados Unidos desde la llegada de Trump al poder, con acusaciones cruzadas y escenas de fuerte confrontación diplomática. Cabe destacar que mientras Petro sí llegó a pisar suelo estadounidense para la Asamblea General, el presidente palestino Mahmoud Abbas no recibió visa y tuvo que intervenir por videoconferencia.
Petro volvió a dar importantes señales de distancia total con Washington y su política hacia el conflicto en Gaza, mientras la comunidad internacional observa con alarma la escalada y la expansión del discurso bélico.
