Varios profesores de geografía en Francia lanzan una alarma sobre la enseñanza actual de la materia en las escuelas del país. Según una tribuna firmada en Le Monde, los programas escolares presentan un enfoque “reducido y sesgado” que limita el desarrollo del pensamiento crítico en los alumnos.
Desde la educación primaria hasta el bachillerato, estos docentes critican que la geografía está tratada como un conjunto de datos y mapas a memorizar, sin incentivar el análisis ni la reflexión profunda sobre los procesos globales. Denuncian que el contenido se limita a un “inventario del mundo” basado en categorías predefinidas y anticuadas.
“La geografía se subordina a la historia y presenta una visión binaria del mundo donde hay ganadores y perdedores en la globalización,” explican. El programa agrupa a los países en el bloque desarrollado del Norte frente a un Sur pobre y rezagado, perpetuando una narrativa colonial, indican.
Los especialistas advierten que esta visión “de la potencia” omite dinámicas actuales, especialmente en África, reducida injustamente a temas de pobreza y hambre mientras que Europa se idealiza como modelo de buen gobierno. Este enfoque no respeta la neutralidad científica que se espera en la enseñanza, añaden.
“Es una geografía de la potencia basada en un prisma económico que ignora a actores y realidades locales,” señalan los firmantes.
Además, los profesores apuntan a presiones sociales y políticas tras bambalinas que influyen en los contenidos, en detrimento de un aprendizaje riguroso y emancipador.
Este debate surge en un contexto educativo donde, pese a múltiples reformas, la geografía ha quedado rezagada y sin una actualización profunda que consiga formar ciudadanos críticos y conocedores del mundo en que viven.
Los docentes demandan una revisión urgente de los programas para convertir la geografía en una materia activa y comprometida con una visión justa y plural del planeta, capaz de estimular la autonomía intelectual de los alumnos.
